Rianne wolswinkel logo

¿Cómo equilibrarte al estilo Ayurveda?

Todo en el mundo material consiste de cualidades, que se llaman gunas en Ayurveda. Utilizamos los gunas para restablecer tú equilibrio.

Todo se trate de equilibrio en Ayurveda

Fortalecer tu agni, el fuego digestivo. Eliminar el ama, lo que obstruye el sistema. Reencontrar el equilibrio cuando lo has perdido.

¿Pero cómo? ¿Qué significa todo eso, equilibrio? Suena lógico. Por supuesto queremos equilibrio. Pero, ¿por dónde empezar? ¿Cómo se sabe que algo está desequilibrado y cómo se recupera?

Probablemente sea mucho más sencillo de lo que piensas, porque el Ayurveda es así.

Según el Ayurveda, todo en el mundo material puede ser definido por las diferentes cualidades que tiene. En Ayurveda estas diferentes cualidades se llaman gunas y estos gunas están principalmente emparejadas en opuestos. Algunos ejemplos que quizas te suenan son: duro y blando, pesado y ligero, seco y aceitoso, caliente y frío, grande y sutil, estable o móvil, agudo y opaco y hay muchos más. Y la forma de trabajar con estos opuestos es:

Lo igual aumenta y los opuestos se equilibran.

Lo que queremos decir con esto es que si tienes frío y te comes un helado o te das una ducha fría, vas a tener más frío, porque lo igual aumenta. Si tienes frío y bebes una taza de té de jengibre o te das una ducha caliente, sentirás más calor, porque los opuestos se equilibran.

Sí, es así de sencillo 😊. Puedes hacerlo con cualquier cosa, de verdad. Si te sientes cansado, descansas. Si tu comida o tu piel están secas, añades un poco de aceite. Si te quemas, te pones aloe o algo que refresque.

La clave está en practicar la atención.

Con los alimentos puede ser un poco más de estudio. Obviamente, un pimiento picante calienta el cuerpo y creo que la mayoría entenderá que el pepino lo enfría. Todos los alimentos tienen sus propiedades, que pueden cambiar con la preparación o la forma en que se encuentran. Por ejemplo, el jengibre fresco calienta mucho más que el jengibre en polvo.

La práctica consiste en prestar atención a cómo te sientes y al efecto que notas cuando haces algo. Por ejemplo: en un día caluroso, cuando tienes calor, ¿sales a correr a mediodía y comes algo picante, o vas a nadar al mar, te quedas a la sombra y comes arroz cocido con verduras y judías o pollo? ¿Cómo te sentirías? ¿Qué opción te aportaría más salud, equilibrio y te haría sentir bien?

Esto también conecta con tu agni, el fuego digestivo. Si tu agni es fuerte, podrás digerir alimentos más difíciles. Si es débil, será mejor que comas comidas cocinadas más sencillas con especias digestivas, para permitir que tu agni y tu cuerpo se fortalezcan. Las comidas cocinadas, por ejemplo, son más fáciles de digerir, lo que significa que son más ligeras para el sistema. Los alimentos crudos son difíciles de digerir y por lo tanto son más pesados. Además, las comidas con muchos ingredientes son más difíciles de digerir que el arroz con pollo y 2 verduras.

Probablemente estas aplicando los principios ayurvédicos intuitivamente.

Hay mucho que hacer si piensas en ello y, si no se piensa demasiado, probablemente hay mucho que ya haces intuitivamente. Si ya te sientes bien, puede que esto no esté en lo alto de tu lista para empezar a sumergirte en ello. Pero si eres como yo, que lidia con una enfermedad autoinmune, o algo parcido, podría ser una cosa hermosa para explorar. Ser capaz de apoyarte a ti mismo, sentirte mejor y más fuerte y quizás incluso reducir la medicación.

Para mí, personalmente, ha sido un viaje muy empoderador. He podido incorporar el Ayurveda a mi estilo de vida y ver cómo se estabilizaba más mi enfermedad renal. No siempre es fácil, porque no puedes no-saber lo que sabes con los antojos que a veces hay. Cada acción tiene una reacción, así que lo que elijo hacer influirá en cómo me siento. Así que atiborrarme de chocolate nunca tendrá como resultado «me he sentido genial después».

Mi profesora siempre dice ‘aquí hay otro episodio de Ayurveda que lo arruina todo’. Sabes que no deberías comer o hacerlo, pero lo haces de todos modos. Y también tener en cuenta que siempre hacemos lo mejor que podemos con el conocimiento que tenemos. Así que, según mi experiencia, más vale que realmente valga la pena, de lo contrario es una experiencia media que necesita bastante recuperación para volver a equilibrarse.

Por ejemplo: Sé que la pizza es difícil de digerir para mí. Esto no significa que nunca coma pizza, pero cuando lo hago, me aseguro de que sea realmente buena. Suelo sentirme pesada e hinchada después de comerla. Si la como tarde por la noche puede que me despierte sudando, porque mi cuerpo necesita poner en marcha mi sistema para poder digerirlo todo, pero es lo que hay. Sé que esto puede ocurrir y al día siguiente me rasco el ama sobrante de la lengua y me tomo un día de arroz cocido y verduras para recuperar el equilibrio.

Un ejemplo aún más fácil es el alcohol, en realidad ya no lo bebo, porque sé que si lo hago la recuperación no está a la altura de la experiencia cuando bebo. Entonces puedes pensar, wow Ayurveda lo arruina todo, ni siquiera puedes tomar una copa. ¿Pero realmente es así? ¿Qué tan buena es tu experiencia real, no lo que piensas de tu experiencia, sino realmente cómo te sientes mientras lo haces y después, y la reacción que crea dentro de ti? ¿Merece la pena la pizza o lo que sea? Y a veces es un SÍ rotundo, también a las consecuencias.

¿Quieres saber más?

Este otoño compartiré un seminario web gratuito sobre Ayurveda y terapia de yoga. Aquí compartiré de qué se trata todo esto y algunos consejos útiles de cómo traer más equilibrio a tu cuerpo. También habrá tiempo para hacer las preguntas que puedas tener sobre estos temas.
¡Inscríbete a través del botón de abajo y espero verte allí!